Tratamiento del dolor odontogénico

ADOPTED by FDI General Assembly August, 2017 in Madrid, Spain

Contexto

El dolor odontogénico, también conocido como dolor dental o dolor de muelas, es una afección común a nivel mundial y la forma más frecuente de dolor orofacial. Al tratar el dolor odontogénico, los dentistas deberían basar sus decisiones clínicas y farmacológicas en una evaluación metódica, ética y objetiva de la evidencia científica más sólida disponible, y no en experiencias clínicas personales o conocimientos anecdóticos. A fin de establecer una estrategia eficaz para tratar el dolor odontogénico y controlar el uso indebido de medicamentos analgésicos, se necesita un consenso global entre los profesionales de la salud que combine los conceptos clásicos y las nuevas tendencias en materia de analgésicos.

Alcance

Esta declaración de política cubre aspectos generales a considerar durante el diagnóstico y la selección del tratamiento para el dolor odontogénico. Se dirige a las asociaciones odontológicas nacionales, grupos académicos de odontología y dentistas, con el fin de mejorar la gestión adecuada de esta afección. No se debate ni se recomiendan tratamientos farmacológicos, pues la disponibilidad de los fármacos y las preferencias varían en todo el mundo.

Definiciones

Dolor

Experiencia desagradable, sensorial y emocional asociada a daño tisular real o potencial, o descrito en términos de ese daño1.

Dolor odontogénico​

Dolor originado en las estructuras dentales, pulpares o periodontales2.

Principios

El dolor es una experiencia común con profundas implicaciones sociales. Su carga económica afecta a servicios sanitarios, causa pérdida de jornadas de trabajo y disminución de la productividad, dificulta el aprendizaje y origina  indemnizaciones por discapacidad. El tratamiento del dolor odontogénico requiere un planteamiento adecuado, pues la prevalencia de esta afección sigue siendo una importante carga para los sistemas sanitarios de todo el mundo.

Política

La FDI apoya las siguientes declaraciones:

  • Cualquier decisión clínica o farmacológica para el tratamiento del dolor debería estar respaldada por la información médica completa del paciente, entre otros datos: edad, historial de enfermedades sistémicas, consumo de sustancias o medicamentos, intervenciones quirúrgicas o clínicas recientes, trastornos y/o tratamientos psicológicos/psiquiátricos, embarazo.
  • Se requiere un diagnóstico diferencial del dolor dental antes de cualquier intervención; distinguiendo entre patologías odontogénicas y etiologías dolorosas de origen no odontogénico. Se debe realizar una descripción pormenorizada del dolor y una completa secuencia de diagnóstico, inclusive una adecuada revisión clínica y radiográfica.
  • Se recomienda el uso de anestésico en la mayoría de los casos antes de cualquier intervención clínica para el tratamiento del dolor odontogénico. Se anima al profesional clínico a personalizar la selección de la técnica y la solución anestésica, para garantizar la profundidad y la duración adecuadas del tratamiento, teniendo en cuenta las potenciales reacciones alérgicas. Se han de considerar estrategias alternativas para prevenir y gestionar posibles fallos en la anestesia que ocasionen tratamientos molestos.
  • Cualquier decisión sobre el tratamiento debería incluir un enfoque clínico adecuado (paliativo, restaurador, endodóntico, etc.) y la selección de adyuvantes farmacológicos cuando sea necesario. Estas decisiones deben tomarse basándose en las pruebas científicas más fidedignas y con el consentimiento del paciente.
  • Las intervenciones farmacológicas deberán tener en cuenta las reacciones alérgicas o adversas a ciertos fármacos. Asimismo, deberán ponderarse las posibles interacciones entre fármacos en caso de tratamientos concomitantes. Al elaborar el plan de tratamiento del paciente, es menester considerar los problemas de dependencia y adicción provocados por el uso y/o abuso de sustancias para controlar el dolor (como los opioides). Se alienta a los dentistas a participar activamente en la farmacovigilancia, notificando las posibles reacciones adversas a fármacos en caso de que se presenten.
  • Los protocolos analgésicos posoperatorios deberían seleccionarse según la gravedad y la presentación clínica del dolor. Se recomienda no solamente elegir compuestos analgésicos con el efecto clínico deseado, sino también con las mínimas reacciones adversas posibles. No se comenzará ningún tratamiento farmacológico sin la confirmación del diagnóstico inicial y se ha de controlar la dosis recetando sólo la cantidad necesaria de medicación.
  • Si no se puede controlar el dolor mediante los protocolos clínicos y farmacológicos estándares, deberá derivarse al paciente cuanto antes a servicios de atención sanitaria especializada.

Extensión de responsabilidad

La información contenida en la presente declaración de política está basada en las pruebas científicas más fidedignas disponibles en el momento de su elaboración. Puede interpretarse de forma que refleje sensibilidades culturales predominantes y limitaciones socioeconómicas.

Referencias

  1. The International Associationfor the Study of Pain. IASP Taxonomy - IASP. 2012. (https://www.iasp-pain.org/Taxonomy, accessed __ _______ 2017).
  2. Okeson JP. Bell’s oral and facial pain. Quintessence Publishing Co. Inc. 2014. 

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